Atreverse a
adentrarse atravesando el trabajo de Félix Guattari y Gilles Deleuze
supone toda una aventura vital, atravesar desiertos y multitudes, los
desiertos pueden contener multitudes y las multitudes desiertos, pero
sin juegos de palabras ni lógicas binarias, sino extensos campos de
intensidades, aceleraciones, grados, estratos etc
Dos personas se
encuentran en un paso estrecho, rápidamente una continua hacia
delante mientras que la otra también, la primera apenas modifica su
postura, su espacio físico que ocupa, la segunda sí reduce
cambiando de postura el espacio físico que ocupa con el objetivo de
pasar por un espacio menor.
Algo tan cotidiano
tan intrascendente, tan nimio, nos puede hacer reflexionar sobre la
multiplicidad de racionalidades y lógicas.
Ambas posturas
serían dos lógicas no opuestas ni dialécticas ni binarias, por más
que estemos educados en la dicotomía, podrían haberse dado muchas
otras combinaciones, posibilidades, pero ambas "lógicas"
"racionalidades" querían, deseaban, podían pasar por el
mismo estrecho paso a la vez y así ocurrió de forma simultanea, una
más rígida otra más flexible, algunos pensarán que la más rígida
se impuso a la más flexible, otros que sin la más flexible la más
rígida no hubiera podido pasar el paso estrecho, unos se
identificarán con la más rígida, otros con la más flexible, pero
todas estas cosas no harán sino distanciarnos de ambas
"racionalidades", ya que ni son individuales ni sociales ni
tampoco colectivas propiamente, son parte de un continuo lógico
intensivo en el que el contexto es el que forma los grados, las
coordenadas de un mapa, no existirían calcos de nada, son, la lógica
más rígida y la más flexible en el paso estrecho ya no serían las
mismas, sin ser dialécticas sino una multiplicidad en la que
circularían regímenes de signos diferentes, una intensidad, en la
que las lógicas tendrían dimensiones, trazarían líneas de fuga.
Se encuentran, se cruzan, dejan de ser ellas para continuar siendo,
pero eso ya pasó.
Al fin y al cabo son
los hechos los que contienen multitud ingente de teoría y atravesar
la obra de Gilles Deleuze y Félix Guattari resulta una tarea ardua,
complicada, ya que supone atravesar en buena medida la historia del
pensamiento, para poder deshacerse de todos sus lastres, llevando
casi al extremo de lo impensable sin metáfora ni símbolo alguno el
pensamiento.
Antonio Palacios Ramírez
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